jueves, 8 de mayo de 2014

5 minutos es un pequeño retraso.

Cinco minutos es un "pequeño" retraso. 10 es el límite de la cortesía del que espera y el de la tolerancia para el que hace esperar. 15 minutos es ya una desconsideración.
Cuándo la demora se prolonga a los 20 minutos es ya una falta de respeto y yo no se lo tolero a nadie.
Hablo de la falta de respeto. Mi tiempo y mis quehaceres son al menos tan importantes como los suyos. La persona que incurre en ello es posible que no se dé cuenta, que no exista mala intención, que cuente con una hipotética "manga ancha", variable en función de la persona, etc...
Lo siento pero no hay disculpa. Ni perdón. Ya he perdonado demasiadas veces. Otras tantas he sido paciente. Igual ése ha sido mi error. Creo que se juega con la bondad pensando que es sinónimo de estulticia. Encima pianista. Sin pretender generalizar ni mucho menos estoy en mi derecho a pensar y decir que un buen número de ellos piensa que el mundo gira a su alrededor. Demasiado tiempo viéndose reflejados en la negra madera lacada del mueble con el que conviven tantas horas, dándole la espalda al mundo. Egocéntricos, (quizás). "Piautistas" también. Esto último dicho con cariño.
Aprenderás la lección amigo tardón.