miércoles, 18 de abril de 2012

El profesor y su función docente- El perfil del profesor


Carlos Ángel Fernández Buey

La función docente puede resultar a veces dura y en todo caso difícil de sobrellevar si no contamos con una verdadera vocación, que se concreta en este amor al alumno. Tenemos en nuestras manos, bajo nuestra responsabilidad la formación de un posible futuro artista que confía ciegamente en nosotros y sigue nuestra pauta con ilusión.

También me parece importante señalar la actitud de humildad que el profesor interiormente debe tener en cuanto a lo que cada día aprende de sus propios alumnos.

El concepto de lo que ha de ser el profesor ha ido variando con los tiempos. Así la revisión de términos se hace necesaria:

La figura del  profesor fundamentalmente ligada a la transmisión de conocimientos.

La figura del  maestro, en cambio, se vincula a la persona de autoridad en la materia de enseñanza y que ejerce la docencia. Quien posee maestría y ejemplaridad en alguna actividad del espíritu o del arte.

El  educador es el individuo que realiza e impulsa la educación de los demás. (Tiene una connotación moral).

El pedagogo es el investigador en materia de educación, “el profesional que desde una perspectiva científico aplicada, diseña, dirige y  realiza intervenciones educativas en diferentes ambientes, tanto  nivel individual como grupal con la máxima eficacia y eficiencia. (MILLAN 1983).

En la actualidad esas funciones se van aproximando y se funden progresivamente en la persona del que llamamos genéricamente profesor. Al que sin merma de su función transmisora de conocimientos, se le exige más como educador, como maestro y como pedagogo.

El profesor será cada vez más un técnico en instrucción, con capacidad para aplicar una tecnología eficiente, pero también humana. De ahí que se le exija atención creciente a la programación  y la evaluación de la enseñanza, para que desarrollen los alumnos “la capacidad creadora, la actitud para el cambio, la plasticidad para la comunicación humana, y la habituación  para la hipótesis, indagar, explorar y experimentar”. ASENSI DÍAZ,1983.


La figura del profesor queda diseñada por lo que ha dado en llamarse  “perfil del profesor” que se compone de una serie o suma de rasgos capaces de configurar su modo de ser y de actuar. Autores como GARCÍA HOZ (1983), ASENSI DÍAZ (1983), OLIVA Y HENSON (1980) se han ocupado de estudiar estas características que intentamos sintetizar y completar en el siguiente cuadro: (se trata del retrato robot del profesor ideal ).

INTELECTUALES: Claridad de ideas, pensamiento ordenado, facilidad de expresión oral y escrita, serenidad de juicio, objetividad, memoria, imaginación, capacidad de análisis y de síntesis, dominio de su materia, preparación cultural sólida –remota y próxima-, creatividad.

DIDÁCTICAS: Respeto al educando, conocimiento de los métodos de enseñanza, capacidad para el estímulo individual y colectivo e los alumnos, conocimiento de la dinámica de organización.

MORALES: Ejemplaridad, abnegación, paciencia, espíritu disciplinado, flexibilidad, apertura, equidad, imparcialidad, educación autoridad para el gobierno de la clase, cuidado del material.

PROFESIONALES: Entusiasmo  por su profesión, iniciativa, capacidad para  aceptar  sugerencias, constancia y responsabilidad en el trabajo, facilidad para conectara con los deseos y necesidades de la sociedad.

PSICOLÓGICOS: Equilibrio interior, capacidad para la empatía, suavidad y decisión en el trato, optimismo, buen humor, madurez afectiva.

Podemos añadir a lo anterior el convencimiento por parte el profesor de que su carrera nunca está terminada y, por consiguiente, actitud favorable a la formación permanente.